TRANSPOSICIÓN DE UNA SEÑAL, 1971
En 1971 María Juana Heras Velasco presenta en la Galería Arte Nuevo la primera de sus Transposeñas. Bajo el título Transposición de una señal la exposición está integrada por una única obra, “Transposeña 71” (1971), actualmente perteneciente a la colección del Museo Nacional de Bellas Artes.
La artista concibe esta muestra como un proyecto integral, diseña los afiches y catálogos, y selecciona dos fragmentos textuales de Umberto Eco y de Walter Gropius a modo de presentación. Interviene la sala de la galería integrando la obra al espacio expositivo a través de los colores y de distintos elementos formales que invitan al espectador a entrar y recorrerlo.
La escultura de chapa de hierro de 145 x 190 x 56 cm está construida a partir de pliegues y ensambles abulonados que generan planos de contornos rectos en distintas direcciones, sobre ellos se dibujan áreas planas de color amarillo y negro. Su materialidad, sus formas y sus colores tienen como punto de partida la señalética urbana, la obra remite a ellas a la vez que desarticula su sentido comunicacional dirigido a regular la conducta.
En una nota del Diario La Opinión, Hugo Monzó señala: “La escultora no cree en la señal a la manera del pop, o sea registrando el adminículo concreto en la imagen. Para ella la señal se une al paisaje urbano como una realidad cotidiana que invade los sentidos del hombre emitiendo órdenes, provocando reflejos. Todo esto insertado en un entorno bello y hostil, dinámico y estático que Heras Velasco procura transmitir en sus estructuras.”
El interés por el espacio público y el entorno urbano será una constante a lo largo de su producción, y tendrá como resultado las numerosas Transposeñas que realiza desde 1971. “‘Mi estructura no es concreta -señala la artista a La Opinión- No parto de elementos teóricos o de una imagen preconcebida, sino de la realidad que en el proceso arriba a una abstracción.’»
Heras Velasco concibe estas esculturas para integrarse al mismo paisaje del que surgen, para convivir con quienes lo habitan; busca con ellas hablar el lenguaje de su tiempo, generar extrañeza y reflexión sobre estos artefactos de carácter normativo que forman parte de la experiencia cotidiana.
Sus intenciones poéticas quedan de manifiesto a través de los dos fragmentos que cita en el catálogo de la exposición:
“… el artista lleva a cabo una especie de bufa polémica contra el mundo industrializado que lo rodea, expone los restos arqueológicos de una contemporaneidad que se consume día a día, petrifica en su irónico museo las cosas que nosotros vemos diariamente sin darnos cuenta de que desempeñan, para nosotros, el papel de fetiches. Las substrae a su contexto habitual y así las deforma y nos enseña a verlas con mirada desencantada. Pero al hacer esto, por agria que sea su polémica, que a menudo asume la forma de una consciente oposición social, nos enseña también a amar esos objetos, nos recuerda que la realidad contemporánea, en sus formas más utilitarias, oculta reservas de emoción estética.” Umberto Eco
“Formemos un nuevo gremio de artesanos sin la arrogancia clasista que pretendía levantar un presuntuoso muro entre artistas y artesanos. Deseemos, inventemos, creemos en común la nueva construcción del futuro, que lo será todo en una estructura única: arquitectura y escultura y pintura, que, de millones de manos artesanas, se alzará un día hacia el cielo como el símbolo cristalino de una nueva fe venidera.” Walter Gropuis
Fragmentos seleccionados por María Juana Heras Velasco para integrar el catálogo de su exposición individual Transposición de una señal en la galería Arte Nuevo en 1971, donde presentó la primera de sus Transposeñas.